Valora
la procedencia geográfica de tus clientes: Crea un gráfico simple que muestra de
dónde proceden tus clientes. Esto puede ayudarte a orientar tus acciones e
inversiones de marketing y ventas de forma más racional.
Evalúa
la frecuencia de visitas de tus clientes y el gasto que realizaron: Si es posible, y
siempre que respetes la ley de protección de datos, informa a tus clientes más
frecuentes, y que efectúan el mayor volumen de gasto, sobre nuevos productos, eventos que se celebren en tu hotel o casa
rural, jornadas gastronómicas, etcétera.
Mide
la evolución de tu precio medio: Tienes que conocer
cuáles son las razones objetivas de que tu precio medio descienda o se eleve.
¿Cuáles son las razones que lo provocan? ¿Qué decisiones se han tomado y han provocado el precio que tienes?
Mide
las opiniones on line de tus clientes: Hay herramientas de
gestión que miden la reputación on line y
son asequibles como Revinate. Podrás descubrir las opiniones tanto negativa
como positivas de tus clientes y por lo tanto adaptar tus acciones comerciales.
Sopesa
los motores de búsqueda: Es probable que, los informes de los
motores de búsqueda sean un tesoro de información acerca de cómo los clientes
te han encontrado en la red y eso determine tu estrategia.
Mejorar
continua de tus productos: El componente más importante de la
comercialización es el producto en sí. ¿Cómo se puede mejorar para satisfacer
los deseos de tus clientes?
Analiza
el resultado de tus productos: ¿Cuántas habitaciones se
han vendido con un determinado producto o tarifa? ¿Cuántos ingresos aporta?
¿Qué otros ingresos obtienes además de los que te aporta el área de
alojamiento? Si no es rentable para ti no lo ofrecezcas a tus clientes.