«Una gran marca produce emociones. Las emociones provocan la mayor parte de nuestras decisiones, si no todas. Una marca surge con una poderosa historia de conexión. Es un tema de conexión emotiva que transciende el producto. Una gran marca es una historia que no se cuenta del todo. Una marca es una historia metafórica que conecta con algo muy profundo, una apreciación fundamental de la mitología. Las historias crean el contexto emotivo que necesitan instalarse en una experiencia mejor y que sean inolvidables para los consumidores». Scott Bradbury, uno de los creadores de las marcas como Nike y Starbucks