En general solemos considerar que las cancelaciones son un factor ligado a cuestiones externas, que no dependen de nuestra acción comercial, tarifaria y gestión de la recepción, tendiendo así a responsabilizar al mercado y a la clientela de por ejemplo efectuar reservas ficticias y posteriormente cancelar. Obviamente, puede haber algo de verdad en todo esto, pero lo que si es cierto que las cancelaciones son un termómetro revenue para entender el comportamiento de nuestras reservas y también de la gestión de nuestro booking.
- Las cancelaciones son una realidad que no puede ocultarse y que se debe en lo posible monotorizar, obteniendo una información útil para la gestión de nuestro booking.
- Hay que valorar que las cancelaciones de reservas efectuadas a través de OTas influyen negativa en el algoritmo de nuestro posicionamiento en las mismas.
- Un correcto análisis de la evolución de las cancelaciones debe considerar la incidencia porcentual de éstas con respecto al total de reservas antes de basarnos en su número global. En ocasiones nos preocupamos en exceso cuando el dato objetivo demuestra que el porcentaje es muy bajo.
- Es preciso establecer un política de cancelaciones protectora contra posibles reconsideraciones del cliente, pero también hay que valorar cuál es la tendencia del mercado en política de cancelaciones y nuestro concepto de servicio al cliente.
- La política de cancelación debe concebirse como el compromiso justo entre la garantía de la reserva y la concesión de libertad al cliente de poder decidir hasta el final si cancelar o no el establecimiento reservado.
- La ventaja de establecer restricciones mínimas a las cancelaciones es realmente importante y depende en que nuestro mercado objetivo tenga capacidad de reacción.
- Establecer restricciones a la anulación en las tarifas más económicas es una estrategia adecuada. Se puede reservar a este precio tan especial pero en caso de anulación el importe no es rembolsable.